Theremin, el retorno (años 90/00)
En 1968 nos dejó Samuel Hoffman y con él la aparición del theremin en las películas. En los años 60 el instrumento era sustituido por voces, sintetizadores o inventos como el electro-theremin que intentaban imitar el sonido theremin.
Tenemos que dar un salto de 28 años para volver a escuchar un verdadero theremin en las salas de cine. Esto fue gracias a la película de Tim Burton "Ed Wood" y al documental, dirigido por Steven M. Martin, "Theremin: una odisea electrónica". Las dos se estrenaron en 1994 y, curiosamente, son dos grandes homenajes como ahora veremos.
Ed Wood está dedicada al ambiente cinematográfico y la época dorada de los años 50 donde reinaba el theremin y las películas de bajo presupuesto. Aunque se centra en la biografía del director Ed Wood (quien, curiosamente, jamás utilizo el theremin) podría haber tratado sobre la de cualquiera de los directores de la época que estaban a su... "altura". La otra producción está dedicada directamente al instrumento y sus principales protagonistas: Leo Theremin y Clara Rockmore.
Hay que reconocer que con Ed Wood el theremin volvió por la puerta grande. Estamos hablando de una de las mejores películas de la historia del cine y con una increíble banda sonora compuesta por el veterano Howard Shore. La virtuosa Lydia Kavina se encargo de interpretar el theremin. La pareja Shore-Kavina volvieron a trabajar juntos en otra estupenda banda sonora: eXistenZ (David Cronenberg 1999). Kavina, por su cuenta, aun hizo un trabajo más, la producción Alemana "Wo ist Erkan Deriduk" (Helmut Schulzeck 1995). Aunque esta vez se trataba de un cortometraje experimental. Ella compuso la banda sonora a parte de interpretar el theremin.
La última producción contemporánea donde el theremin tiene gran protagonismo es la española "El maquinista" (Brad Anderson 2004). Nuevamente con Kavina al theremin y música compuesta por nuestro Roque Baños.
A parte de estas cuatro películas tenemos otras donde el theremin hace acto de presencia (a veces muy tímidamente) como en Hellboy (Guillermo del Toro 2004) o La niña Santa (Lucrecia Martel 2004).
Un referente actual engañoso y que mucha gente pone como ejemplo de película con theremin es la simpática Mars Attacks! (Tim Burton 1996). La banda sonora imita el ambiente de las producciones de los años 50 pero no tenemos créditos que afirmen en que momento tenemos un verdadero theremin. Parece ser que el thereminista Ed Sussman participó en la misma pero, por alguna razón, no llegaron a utilizarse sus tomas. Lo que suena a lo largo de la banda sonora es un teclado imitando el theremin.
Para acabar hablaremos de la producción española "El barón
contra los demonios" (Ricardo Ribelles 2006). Esta película es un gran homenaje al género fantástico y de ciencia-ficción, tiene una estética que recuerda tanto a las
viejas películas del género como a tantos cómics de la época. La banda sonora sigue la misma estética y el director Ribelles tuvo la gentileza de proponerme grabar algunos motivos con el theremin
para conseguir ese sonido evocador en algunas escenas.
Actualización:
First Man (Damien Chazelle, 2018)
Después de mucho tiempo volvemos a escuchar el theremin en una película del espacio (aunque no de ciencia-ficción). En esta ocasión se nos relata la misión que organizó la NASA para conseguir pisar la luna, centrándose en el astronauta Neil Armstrong.
La banda sonora, escrita por Justin Hurwitz, es de gran inspiración y puede escucharse sin problemas independientemente de las imágenes. Justin a recurrido a la mezcla de instrumentos orquestales con instrumentos electrónicos, la genialidad es que estos instrumentos son sintetizadores modulares (lo que corresponde a la época de los hechos) y al theremin, instrumento que Armstrong conocía y escuchó en cinta de cassette mientras estaba a bordo del Apollo 11. De hecho podemos escuchar uno de esos viejos temas en First Man, “Lunar Rhapsody” interpretado por el mítico Samuel Hoffman.
El theremin aporta a la banda sonora la exquisita melancolía que demandan las escenas donde aparece, es el mismo compositor quien interpreta el instrumento. Aunque Hurwitz aprendió a tocarlo para la ocasión, y su ejecución no es ni mucho menos profesional, cumple con su cometido perfectamente.
El fraseo de la interpretación casi carece de articulación y recurre continuamente al portamento, aun así consigue un sonido evocador y perfecto para la película.
Como curiosidad comentaré que el conocido thereminista canadiense Peter Pringle, publicó hace poco el tema principal de la película pero con una interpretación más depurada.
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